jueves, 18 abril 2024

Ecocidio_Múltiples atentados contra los ecosistemas y la sensibilidad ambiental

A lo largo de los años nos hemos visto envueltos forzadamente en un sistema totalmente industrializado y deshumanizado, el que principalmente busca cubrir las necesidades de las personas o descubrir nuevas necesidades, viéndose también beneficiada la economía y su consecuente preservación del capitalismo; este sistema ha sido capaz de subsistir hasta el día de hoy gracias a la energía fósil y, sin embargo y a vista y paciencia de todxs, nosotrxs mismxs venimos haciendo la vista ciega a los límites físicos de la tierra. Actualmente, los efectos negativos de la urbanización, la agricultura, la ganadería industrial, la tala de bosques, y toda actividad «productiva» estan a la vista, son ciclos que han «evolucionado» hacia la fosil-dependencia, pues necesitan ingentes cantidades de maquinaria, combustible y recursos materiales, del otro lado de esta maquina tenemos el tubo de escape; las emisiones de CO2 y por otro lado los límites físicos de dicho sistema, cmpletando la ecuación de un deterioro evidente en nuestro planeta y sus ecosistemas.

La construcción es una de las actividades que mayor contaminación y gasto de materias primas genera al mundo(junto a la minería), en promedio se requiere aproximadamente un 40% de la energía total de un país solo en el uso de maquinarias, esto genera un 25% de las emisiones totales de CO2 a la atmosfera y es productor de casi un 50% de la cantidad de residuos y materiales (que no se reciclan). Quienes han estado a cargo de obras durante años, jamás se han preocupado de mantener una relación virtuosa con el medioambiente, sino que su idea solo ha sido edificar con menor coste, tanto económico como investigativo, sin tomar en cuenta la gran huella ecológica que se está dejando en el planeta. Como consecuencia de esto creemos que hemos formado una sociedad de consumo sumamente individualista, que se ha cegado ante problemas ecológicos y sociales, asimismo la falta de empatía frente a estas dificultades es cada vez más notoria, hipnotizados en lo laboral y centrados solo en la producción y la avaricia.

Con estos factores tomados en cuenta y con el aumento exponencial de la sensibilidad medio ambiental en las personas, es que se ha ideado en la arquitectura, formas de unir a la naturaleza en proyectos de vivienda, edificación y urbanización sostenible, junto a metodologías de diseño que logren reducir considerablemente el impacto ambiental, que el proceso de construcción, su mantenimiento y demolición generan.

Le Corbusier, figura destacada de la arquitectura, en colaboración con Pierre Jeanneret, plantearon en 1926 un manifiesto en el que señalaban los llamados «Cinco puntos de la arquitectura moderna». Centrándonos primordialmente en el quinto punto, “Los techos ajardinados”, desde esta época ya se venía observando y planteando los beneficios que la unión entre estructuras y naturaleza podían otorgar, como por ejemplo: protección del material, incentivar el uso doméstico de estos espacios y llenarlos de vida, las escorrentías de agua lluvia en la ciudad, etc.

Podemos encontrar exponentes de estas ideas alrededor del mundo, como, por ejemplo, en el conjunto de viviendas diseñadas por Fernando Higueras en colaboración con Antonio Miró en 1975, conjunto ubicado en Madrid, en las que se integraron jardines colgantes, en donde la vegetación forma cortinas entre los balcones sin obstruir la entrada de luz, y los espacios inferiores se diseñaron con el fin de tener luz y ventilación natural.

Vivienda colectiva para el Patronato de Casas Militares. De los arquitectos Fernando Higueras y Antonio Miró. (1967-75)

Ejemplos así no hay demasiados, y todxs sabemos que la ciudad abarca más que ser un simple conjunto de edificaciones, es un momento en el que se vive, una agitación del tiempo, ritmos, espacios, sonidos, estímulos nerviosos y sorpresas. Aquí es cuando nosotros como arquitectos podemos desarrollar áreas en las que se pueda percibir la tranquilidad, en las que se escuchen las hojas moverse con la brisa, que incentiven una vida más calma, suave y agradable, como lo percibe Wenders:

«A pesar de lo que mucha gente parece pensar de Tokio, ella es a nuestros ojos una ciudad abierta; una ciudad que no sólo se contenta con quitar, sino que da. Cierto, ella expresa cierta tendencia a la sobrecarga, a la agresión permanente. Pero la gente se asombra de poder descubrir una claridad a la vuelta de cada esquina: descubriéndose de repente un lugar calmo, suave y agradable. Incluso al lado de los rascacielos existen alamedas de casas pequeñas con jardines, pájaros, gatos y paz».

(WENDERS, 1994: 187)

Nosotros como arquitectos podemos ser partícipes e impulsores de ideas y diseños que busquen e integren un uso eficiente y consciente de los recursos naturales y renovables, siempre valorizando el uso adecuado del medioambiente y respetando la vida silvestre, con el fin de equilibrar el mundo de la arquitectura con el entorno ambiental y social. Creemos en la arquitectura como un agente social con la capacidad de transformar y revitalizar al mundo, y que la ciudad es parte de la solución, pero hay que esforzarse en cambiar algunas cosas.

En la actualidad, la simplificación y globalización de las técnicas constructivas empleadas en la arquitectura convencional limitan el aumento de proyectos de arquitectura bioclimática. Las constructoras suelen buscar soluciones estandarizadas y fácilmente ejecutables, para optimizar al máximo el resultado de la obra. La razón de ello es que las técnicas de adaptabilidad, de soluciones pasivas o de bioconstrucción requieren una tremenda inversión de materia gris para poder cumplir con estandares normativos, por lo que es urgente una mayor especialización y planificación de las tareas a realizar por los diferentes agentes que intervienen en todo el proceso.

Esto dio paso a seguir con el debate sobre los beneficios que la bioclimatica, las soluciones solares pasivas y técnicas de bioconstrucción nos aportan, como criterios y técnicas que garantizan una vivienda considerablemente más saludable e incentivan a valorizar nuestro entorno, espacio y tierra. La bioconstrucción en particular, adecua y utiliza positivamente las condiciones ambientales durante toda la vida útil del edificio, lo que genera un positivo contraste respecto a las edificaciones convencionales.

La arquitectura sostenible (verdadera) es uno de los movimientos en los que hay que focalizar a las futuras generaciones de estudiantes, a especializarse e informarse intensivamente en métodos para dejar de deteriorar nuestro planeta y sus suelos. Es por esto que es necesaria la intervención y el apoyo de todos los participantes en el proceso constructivo para que se afiance la conciencia real en llegar a una sostenibilidad honesta (y valgala incorporación de este apellido) en la edificación. Los técnicos aplicarán los criterios de arquitectura bioclimática ecológica en la concepción del proyecto y en la dirección de obras y mantenimientos; los constructores en la correcta ejecución; los usuarios en la elección de una forma de habitar y, finalmente, los políticos y gestores en la orientación y legislación concreta para que esto se logre(estamos ante una oportunidad de cambio sustancial con la redacción de una Nueva Constitución) . Creemos que la composición de estos proyectos rige en base a la unificación de todas las personas que construyen este nuevo tipo de vida, o sea no se trata de emplear tecnologías especiales, exclusivas o sofisticadas, (sino justamente el camino hacia lo contrario), sino de cuidar las buenas prácticas y en conjunto crear una sociedad más consciente y sostenible.

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Ignacia es estudiante de Arquitectura con intereses de cuidado medioambiental. Disfruta de la filosofía, naturaleza, deportes, colores y emociones, apasionada con las cosas que ama. Cree que el futuro está en nuestras manos y que en conjunto podemos salvar y cuidar lo que hemos destruido. Dante es un joven Magallánico, nacido en las gélidas tierras del extremo sur de Chile… Punta Arenas. Cuna de vientos indomables, pampas extensas de coirón y lengas, estudiante de arquitectura en la Universidad Austral de Chile, practicante y apasionado del arte en todas sus formas, dibujante, pintor, músico, malabarista “internacional”, eterno amante de los gatos, humano de un gato dorado y otro con esmoquin, optimista bien informado-no pesimista. Consecuente escapista de territorio chileno.

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