viernes, 29 marzo 2024

SOTERRAMIENTO DE LA LÍNEA FÉRREA EN CONCEPCIÓN. ¿QUÉ HAY DETRÁS DEL GESTO URBANO?…

INTRODUCCIÓN

Existen lugares dentro del tejido urbano que sólo se hacen visibles cuando la ciudad comienza a expandirse, retazos de terrenos que por años sufrieron abandono, tal ausencia se hace evidente por la falta de políticas públicas integradoras al momento de enfrentar el desarrollo de la urbe y sus complejidades, especialmente si se consideran todos los factores que permanentemente inciden en su transformación constante. Por mucho tiempo la ribera Norte del río Bío Bío ha sido uno de estos lugares, ajeno a los ojos de las autoridades, quienes ahora ven en el sector la oportunidad de realizar negocios inmobiliarios y proyectos urbanísticos en nombre del Estado. Sin embargo, fue una opción de emplazamiento para poblaciones emblemáticas como Pedro de Valdivia Bajo, Pedro del Río Zañartu y Aurora de Chile, comunidades que con su determinación realizaron un proceso de relleno en zonas de inundaciones no aptas para el asentamiento humano y quienes precisamente son vulnerables a los cambios generados por los proyectos urbanos.

El presente artículo tiene por objeto realizar una mirada crítica a la forma en que se han desarrollado las políticas urbanas en el Gran Concepción, específicamente el proyecto de soterramiento de la línea férrea, el que no se puede abordar sin considerar la serie de proyectos que lo han antecedido y que han dado lugar a su formulación, como una especie de complemento.

FUENTE IMAGEN: http://www.cafedelasciudades.com.ar/proyectos_15.htm

El proyecto Ribera Norte, que fue impulsado por el Estado, surge en la década de los noventa con el fundamento de recuperar la relación de la ciudad de Concepción con el río Bío Bío, recuperación que permitió la venta de terrenos a privados a precios mucho más altos de los que se manejaban en la época. Dichos terrenos se convirtieron más en objeto de mercado que de integración urbana, debiendo ser ésta el fin último del proyecto, el que se diluyó en el tiempo por la crisis asiática del año 2.000, lo que prueba de alguna manera que tuvo problemas desde su génesis, no siendo el compromiso social o el bien de la ciudad ideales tan fuertes como para garantizar su éxito.

PROYECTO EJE BICENTENARIO

Luego, el eje Bicentenario y la recuperación del borde fluvial surgen como una idea de reflotar el objetivo del proyecto Ribera Norte además de reforzar un eje central que cruce la ciudad enlazando diversos hitos relevantes que van desde la Diagonal Pedro Aguirre Cerda concluyendo en la Plaza España al final del nódulo que se radicará en el Barrio Cívico de la ciudad y que albergará los edificios públicos, incluida la Intendencia Regional, desde allí este nuevo centro urbano se enlaza con la ribera norte del río Bío Bío, a través de un Parque Central.

FUENTE IMAGEN: Presentación Gestión Ministerial 2016-2018, Ministerio de Vivienda y Urbanismo

Ambos proyectos buscan materializar el mismo gesto urbano, reconocer el río Bío Bío como un elemento natural relevante y acercarlo a los habitantes de Concepción, sin embargo lo que se ha conseguido es emplazar edificios y espacios públicos en el borde río sin resolver el problema de la accesibilidad a éstos, lo que demuestra falta de visión integral al elaborar estos planes. Sumado a lo anterior, se debe reconocer que la cualidad de perdurar en el tiempo es una particularidad de la cual debe gozar cualquier proyecto de recuperación urbana, lo que no se puede lograr sin un trabajo en conjunto con los actores relevantes de la ciudad y la comunidad, quienes son finalmente los que habitarán estos espacios y participaran de la dinámica que en ellos se produzcan. El hecho de sólo abordar un proyecto urbano desde una sola dimensión que apunta directamente al desarrollo económico inmobiliario y la especulación en torno al suelo, evidentemente produce consecuencias catastróficas en el sentido en que el objetivo de la recuperación del borde río se pierde entre mega proyectos y espacios a escalas exorbitantes que finalmente siguen alejando al ciudadano del espacio público, en el que lo más importante no es SER HABITADO sino COMO SE HABITA.

PROYECTO CONSTRUCCIÓN SOTERRAMIENTO LÍNEA FÉRREA RIBERA NORTE, CONCEPCIÓN

El proyecto de soterramiento de la línea férrea se propone como una manera de regalar un nuevo espacio urbano a la ciudad a través de la materialización de un extenso Jardín Urbano, reiterando una vez más un gesto urbano que ha tomado décadas consolidar -esto es el poder contemplar el río Bío Bío. Sin embargo, es entendible generar este tipo de proyectos cuando la recuperación de la ribera del Río Bío Bío ya cuenta con importantes equipamientos a nivel de ciudad, los cuales presentan una deficiencia de accesibilidad importante, por lo tanto, la idea conceptual del proyecto se pierde al considerar este punto no menor por cierto, debido a que el soterramiento de la línea férrea vendría a resolver este problema. Por lo tanto, y considerando la cronología de proyectos que apuntan a un mismo fin en lo que respecta a Concepción y su relación a la ribera del río Bío Bío, se puede concluir que el soterramiento de la línea férrea se presenta como solución a un problema histórico de la ciudad, es decir, la presencia de la línea del tren como elemento divisorio entre los habitantes de ésta y el río, sin embargo su consolidación como proyecto y/o realidad se encuentra desfasada con respecto a los proyectos de recuperación anteriores, tanto en línea de tiempo como en prioridad. La falta de visión integral del problema logró concebir tres soluciones distintas, pensadas desde perspectivas disímiles, pero que si tienen puntos en común, esto es la especulación del suelo urbano, el desarrollo inmobiliario y el objetivo inicial, que en definitiva es acercarse al río. Si estos tres proyectos hubieran sido parte de un plan mayor concebidos cada uno como una etapa de éste mismo, la concordancia entre ellos hubiese sido más armónica y perceptible.

FUENTE IMAGEN: Estudio de Prefactibilidad/“Construcción Soterramiento Línea Férrea Ribera Norte, Concepción”, http://www.arquitectosdeconcepcion.cl

Proyectos, además, que adolecen de una participación más activa de la comunidad, por lo tanto carecen de un valor social real debido a que los planificadores nos hemos distanciado de la opinión y aporte del habitante, ya sea para evitar conflictos o por optimizar el tiempo, sin embargo esta decisión de mantener al ciudadano al margen es el error que le puede costar el éxito a un proyecto urbano porque finalmente son las personas las que le dan vida a estos espacios y definen la dinámica en la que éstos evolucionan.

Sólo el estudio del proyecto involucra una inversión de $3.000.000.000, cifra que bien puede ser destinada a otras prioridades de la ciudad como recuperación de entorno de barrios, erradicación de campamentos, inversión en equipamientos de salud, dotación de urbanización de calidad. Ésto además de considerar que tanto a nivel mundial como nacional la economía no se encuentra en uno de sus mejores momentos, por lo que este tipo de compromiso de recursos se ve más como un capricho que como una real necesidad.

Consecuentemente al ser el diseño del proyecto bastante caro, la inversión en su materialización abarcará una cifra aún más exorbitante, lo que fácilmente lleva a pensar que en algún punto su ejecución demore un gran lapso de tiempo o se corra el riesgo que sea un proyecto que quede en el papel, así como los proyectos que lo han precedido y no han podido ser construidos en su totalidad.

Por otro lado, de ejecutarse el proyecto se hace lógico pensar en los costos de mantención sobre todo si se concibe la idea de generar nuevas líneas a futuro, esto porque implicaría una modificación completa del túnel, además se están soterrando tres vías electrificadas y se propone una estación intermodal, lo que va aumentando las condiciones económicas dentro de las cuales debe desarrollarse este soterramiento. A mi parecer, desde un punto de vista funcional el crear una estación intermodal debe tener el objetivo de incentivar el transporte público, sin embargo el situarla en un tramo en el que el tren es subterráneo implica hacer aún más inaccesible un medio de transporte público eficiente, además de hacerlo competir con el transporte privado que funcionará en superficie, por lo tanto nada garantiza que las medidas tomadas generarán un retorno social significativo.

FUENTE IMAGEN: Estudio de Prefactibilidad/“Construcción Soterramiento Línea Férrea Ribera Norte, Concepción”, http://www.arquitectosdeconcepcion.cl

Los 800 m de línea férrea que serán soterrados deben dar paso a un parque urbano que se presenta a modo de sutura entre la ciudad y la ribera del río, sin embargo el planteado jardín urbano le da bastante más cabida al vehículo que a los transportes no motorizados, entonces no se entiende el esfuerzo de implementar un proyecto de tal envergadura que finalmente determinarán espacios públicos difíciles de acceder para el peatón, para quien transita en bicicleta y para quienes tienen dificultad de movilidad (adultos mayores, discapacitados, etc.), por lo tanto tal sutura urbana no existirá y aquel jardín puede también transformarse en una barrera o en un espacio de separación. Lo que se agrava aún más considerando esa gran explanada que se extiende desde el sector Estación hasta la Avenida Costanera, un gran espacio que obedece sólo a seguir un eje trazado a escala de ciudad (eje bicentenario) y que de buena o mala manera se ha intentado acoplar a los proyectos de recuperación del borde río, no obstante funcionalmente no se aprecia como un lugar que convoque sino más bien por su gran escala generará el ser evitado, esto debido la falta de trabajo en una escala intermedia que realice la transición entre la escala del habitante y la de ciudad.

FUENTE IMAGEN: Estudio de Prefactibilidad/“Construcción Soterramiento Línea Férrea Ribera Norte, Concepción”, http://www.arquitectosdeconcepcion.cl

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Guerrillera web, Arquitecta y urbanista por oficio. Partícipe activa de la primera revolución de los rapidographs que tuvo como resultado el descabezamiento de la dictadura cincuentenaria de la FAUG de Concepción, dando origen a la primera escuela de arquitectos revolucionarios de latinoamérica, la que lamentablemente duró solo 100 días. De padre Chino y madre chillaneja, actualmente en búsqueda del regreso del pensamiento libre a las aulas de facultades adormecidas, busca camaradas para emprender un nuevo alzamiento y esta vez herir de muerte a las tropas inmobiliarias del tirano De Souza.

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